Los paseos en una chinchilla son muy importantes para evitar que se estresen o aburran y darles la oportunidad de correr y explorar.
Las salidas deberán ser lo más frecuentes posibles. Se recomienda mínimo media hora diaria. En lugar de un paseo largo pueden darse varios cortos, por ejemplo 2 o 3 paseos de media hora. Se realizarán al final de la tarde, tarde-noche o de madrugada.
Deberemos estar presentes en los paseos de las chinchillas ya que pueden meterse en lios, hacerse daño con alguno de sus saltos, ingerir algo inadecuado, meterse por huecos, además de que algunas sufren de ataques epilépticos.
En verano, debido al calor, existe riego de que la chinchilla sufra un golpe de calor. Los paseos se harán lo más tarde posible, en habitaciones frescas y/o con aire acondicionado. Mejor que no duren más de 30 minutos para que no se sobrecalienten. No la sacaremos si la temperatura es demasiado alta 25-27º C. En primavera-verano se retirará las ruedas de ejercicio o Flying saucer. Son animales que tardan tiempo en desprender el calor de su cuerpo, podemos verlas bien, confiarnos en el paseo y que una vez en la jaula sufran el golpe.
Antes de sacar a la chinchilla deberemos revisar la habitación:
No olvidar que son grandes trepadores y saltadores. Son animales muy curiosos que no dudarán en hacer uso de sus habilidades para inspeccionar una zona nueva.
Yo recomiendo sacar a la chinchilla en un pasillo y comprarle o fabricarnos juguetes para que pueda trepar y saltar, colocarles tubos, etc. Así evitaremos que se aburran y será una zona muy segura para ellos.